Cannabis uso terapéutico

Este debate ha propiciado así mismo que las disposiciones legales de cada estado
vayan cambiando progresivamente, tratando en la mayoría de los casos de adaptarse a
las nuevas indicaciones terapéuticas de los derivados del cannabis. Así por ejemplo, en
Holanda diversos pacientes afectados de enfermedades graves pueden adquirir
marihuana en las farmacias de manera totalmente legal, con la única condición de
presentar una receta médica. Del mismo modo, Canadá permite cultivar y consumir su
propia marihuana a los pacientes terminales o a aquellos que sufren un dolor intenso
debido a patologías como la esclerosis múltiple o la artrosis. En el extremo contrario, la
Cámara Baja del Parlamento suizo rechazó, tras un intenso debate, una proposición de
ley para legalizar el consumo del cannabis. Curiosamente, el Consejo de Estados suizo
(Cámara Alta del Parlamento) se había pronunciado en Diciembre de 2001 a favor de
esta misma propuesta.
Es precisamente en este contexto de debate social, e incluso legislativo, donde se
hace más necesario que nunca analizar desde una perspectiva científica los datos
clínicos existentes que nos permitan obtener evidencias acerca de los posibles
beneficios de la utilización terapéutica del cannabis o sus derivados.


La posibilidad de utilizar el cannabis con fines terapéuticos no es una idea nueva,
dado que está sustancia ha sido utilizada con intenciones curativas desde hace miles de
años. El testimonio más antiguo del que disponemos acerca de la posible utilización
terapéutica del cannabis se remonta al año 2737 a. de C., en el que se menciona esta
sustancia en un compendio de medicina china, el herbario del emperador Shen-Nung.
Siglos después, los médicos griegos Dioscórides y Galeno se refieren al cannabis como
sustancia medicinal, en relación con el tratamiento de la otitis y algunas alteraciones
gastrointestinales. En la era moderna, la utilización terapéutica del cannabis se introduce
en Inglaterra en 1839 gracias al cirujano irlandés O’Shaughnessy quien en su tratado
recomienda emplearlo en pacientes aquejados de rabia, cólera, tétanos y convulsiones
infantiles. Durante la segunda mitad del siglo XIX, varios de los más prominentes
médicos de Europa y Norteamérica recomendaban el uso de extractos de Cannabis
indica para la prevención y el tratamiento sintomático de la migraña. Así, el cannabis
fue incluido en las principales farmacopeas británicas y americanas. Sin embargo, en los años posteriores se empezó a extender la percepción del cannabis como una droga de abuso, hasta que en 1937 la marihuana se consideró ilegal en los Estados Unidos mediante la promulgación de la “Marihuana Tax Act”, a pesar de la oposición de la Asociación Médica Americana. Siguiendo esta política prohibicionista, las preparaciones derivadas del cannabis fueron eliminadas de la farmacopea británica en 1932, de la de los Estados Unidos en 1941, y de la francesa en 1953. A pesar de ello el cannabis ha seguido siendo un componente importante de la medicina indígena en países como la India.








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