Considerando urgente
Que
vive entre nosotras “un animal remoto que devora y devora
primaveras”, que llegó de las estrellas a través de una caverna
llamada nacer, berreando como una fiera. A la que
amamos,alimentamos, enseñamos a caminar y hablar. Pero que ante
nuestros ojos nutridos de desespero pasa de ser un niño dulce y
complaciente a un adolescente malcriado e impertinente, con suerte.
Que deviene en un hombre conveniente, sujeto a una violencia
constitucional y social, propia o de los otros. Siempre en
contradicción, sin lugar propio, ni tiempo presente. Ambicioso,
codicioso, caprichoso, para el que no valen argumentos, ni
contemplaciones. Al acecho de sus semejantes y exterminador de todo:
seres y cosas.
Que
es totalmente egocéntrico, atrapado en si mismo, incapaz de sentir
simpatía o identificarse con los demás, de sentir amistad, afecto y
ternura. Unidad aislada, incapaz de consustanciarse. Con una
inteligencia al servicio de sus instintos y necesidades, incapacitado
para la pasión y la interacción mentales.
Que
está atrapado en una nebulosa a medio camino entre las personas y
los monos.
Que
toda su historia está escrita con la sangre de quienes no
admiten jerarquías, ni escalas de valores.
Que
alcanza la autoridad generalizada mediante la manipulación del
dinero y de cada cosa y de cada persona controlada por el dinero.
Que
intenta imponer un código “social” que garantice una insipidez
total que no se vea mancillada por un mínimo vestigio de
trascendencia personal.
Que
en el hogar sólo quieren paz y tranquilidad, satisfacer su idea
ilusoria de dignidad (“respeto”).
Que
que nunca dice la verdad, excepto por accidente.
Que
el patriarcado es el verdadero sistema de dominación que soporta el
capitalismo que amenaza con destruir nuestra vida en la tierra.
Que
lo que conocemos como femenino en el patriarcado no es lo que las
mujeres somos o hemos sido, sino lo que los hombres han construido
para nosotras.
Que
la construcción patriarcal de la
diferencia entre la masculinidad y la feminidad es la diferencia
política entre la libertad y el sometimiento.
Que
nuestra
prolongada esclavitud es el
capítulo no
escrito
en
la historia de la humanidad.
Que
hoy
como ayer, las mujeres debemos
negarnos
a ser sumisas y crédulas, pues el disimulo no sirve a la verdad.
Que
amurallar el propio
sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior.
Que
aspiramos vivir en un
mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y
totalmente libres.
Que
una
mujer libre es justo lo contrario de una mujer fácil.
Que
no hay barrera, cerradura
ni cerrojo que puedan imponer a la libertad de
nuestras
mentes.
Que
somos las primeras excluidas del corazón, pensamiento y acción,
del imaginario masculino. Salvo
como Incubadoras de enclavas de esclavos: vencidos, extranjeros,
negros, rojos, amarillos, pobres todxs.
Que
no planteamos
ninguna guerra. Ni
el asesinato de nuestros
oponentes. Ni
crear campos
de concentración o
matar
de hambre a nuestros
enemigos,
ni practicar
crueldades. Nuestra
batallas
son
por la educación, por el derecho a decidir,
por mejores condiciones laborales, para seguridad en las calles, para
el cuidado de lxs
niñxs,
para el bienestar social, para centros de crisis de violación,
refugios de mujeres, reformas legales.
Que
la
misoginia que se encuentra en todas las culturas no es parte de la
condición humana. Es la vida fuera de equilibrio, y ese
desequilibrio está chupando algo del alma de cada hombre y mujer.
Que
sexismo, racismo y clasismo se interconectan, y deben ser desafiados
constantemente.
Que
lo nuestro revolucionario es la democracia participativa y
protagónica.
Invitamos
a nuestros padres, hermanos, amigos e hijos ha realizar un examen de
conciencia intimo y genérico que tenga como objeto evaluar el
concepto de masculinidad aprendido o
heredado y
su viabilidad presente
y futura. Así como su posible resemantización
en función
del abandono voluntario de la jerarquía que
da lugar a
la estructura del poder
que
cristaliza en
miedo y
cólera,
auto-destructiva
y voraz.
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