Del libro Persona y Democracia de María Zambrano
Lo que las nuevas circunstancias revelan es la renuncia del hombre a ser
persona, a vivir humanamente; habita en un eterno presente donde la
historia ya no se constituye como proyecto, donde no existe progreso ni
democracia, sino el poder absoluto de dioses oscuros ávidos de
sacrificios humanos: la democracia y la historia verdaderas –humanas y,
por tanto, morales– parecen empresas condenadas a la destrucción. «Y
entonces, ¿a cuento de qué viene la publicación de este libro? Muy
simplemente lo diré: como un testimonio, uno más, de lo que ha podido
ser la historia, de lo que pudo ser.»Pudo ser la manera de conocer el
medio más propio del hombre, el tiempo; el paso del modo trágico de
hacer historia al modo libre de llevarla a cabo, o el despertar del
hombre del sueño a su verdadero ser, a su ser persona y no individuo.
Pudo ser, en definitiva, la fe en el porvenir, en una sociedad sin temor
a la realidad. Décadas después, lo que pudo haber comenzado está aún
por llegar.
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