Paz y Amor
Gracias
a nuestra mayor riqueza, la belleza de
una geografía pletórica y exuberante, los nacidxs en estas tierras, de padres nacidos en ellas, no somos
violentos. "Aquí no pasa nada", se burlaba Angela Zago mientras nos saqueaba el
adecaje en colaboración social-cristiana y ni siquiera cuando Chávez estalló,
el pueblo le acompañó, tuvo que atemperar,
bajo la sombra, su ímpetu ardiente para
que le siguiera la corriente de votos que no lo abandona. Gracias a ese líder que
forjamos con precisión a imagen y semejanza de esa profusión
que nos define, nos hemos vuelto más sabios y menos viejos. La violencia
nos sigue siendo ajena, pero hemos sumado a la fuerza que da la resistencia, la observación atenta de la defensa. No se equivoquen, que no volverán.
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