Una de Árboles
Por qué con tus
encantamientos infernales, me has arrancado a la tranquilidad de mi primera
vida... El sol y la luna brillaban para mí sin artificio; me despertaba entre
apacibles pensamientos, y al amanecer plegaba mis hojas para hacer mis
oraciones. No veía nada de malo, pues no tenía ojos; no escuchaba nada de malo,
pues no tenía oídos; ¡pero me vengaré!
Firma: El Árbol
Comentarios
Publicar un comentario