Canalla Barbera
Viernes 10 de julio, la canalla Barbera continúa con el
asedio implacable que me hace sentir como una palestina. Los invasores judíos utilizan
el territorio de Palestina, todo, seres y cosas, para la prueba del armamento
que fabrican para consumo y venta. Los judíos son los dueños de la mayoría de
los medios de comunicación de occidente, a través de los cuales han
naturalizado: violencia, acoso y hostigamiento en la mente y los corazones de
las personas, distorsionando la condición humana al punto de su extinción.
La canalla coloca una corneta de elevada potencia con música
estridente a todo volumen en dirección a mi casa desde la parcela de la señora Eladia, para evitar la penetración sonora, a la que estoy siendo sometida actualmente, me
han obligado a levantar un muro que
además cierre la vista, para prevenir el gozo del sadismo inherente al espíritu
de los tiempos.
Estaba en eso cuando la señora Eladia, una anciana senil,
comenzó a gritar: Que ella tenía 40 años viviendo allí, que ella no tiene
problemas con nadie, etc. Yo me limité a apartarme de la reja para que se
calmara y retirara del lugar, permitiéndome continuar con mi trabajo y así fue,
15 minutos después proseguí levantando mi
muralla, entonces se presentó una mujer morena, obesa, de mediana estatura, que
dijo ser la hija de la señora Eladia, para agredirme y amenazarme: Que si yo tengo problemas mentales, que si me
va a recomendar un psiquiatra, que si a la señora Eladia le pasa algo. Le
respondí que yo soy una valiente y los valientes protegemos a los débiles, también
le pedí: Hermana por favor no me agredas, ella continuó con su lenguajes limitado
y resentido. Yo sigo levantando mi defensa.
A las 8 pm. se fue la luz y me acosté a dormir, a la 1 y media de la mañana me
despertó la música proveniente de la parcela de la señora Barbera, no caí en la
provocación, asumí el retó y me sumergí
en la bulla hasta alcanzar nuevamente el
sueño. Es importante mencionar que escuché la voz de un hombre que pidió que cesara
el estruendo, llamado inútil. Dormí hasta
las seis de la mañana cuando comenzó la agresión desde la parcela de Geliú Barbela,
ya he mencionado que en la misma vive hacinada, en tres casa, la manada. A
través de la excitación de los gallos puedo escuchar la letanía en voces de hombres
y mujeres: Es una loca, está drogada, es lesbiana. La canalla Barbera, renta el terreno disponible
como estacionamiento público, por lo que en cierto momento se suma al tormento
la descarga de los motores. Esta manada es una fuente de contaminación de todo
orden.
Dice el papa Francisco: “La persona chismosa es un
terrorista. Lanza una bomba, destruye y se marcha”. Santas palabras. No soy
católica, ni cristiana, pero cito la verdad donde la encuentro. Y las de este
hombre, palabras y verdades, son unidad sin desperdicio.
Lo más grave es que estos delincuentes no solamente
destruyen la credibilidad y el honor de las personas, sino la confianza entre
nosotrxs, nuestra humanidad.
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