Revolución sexual


Probado estadísticamente, tres de cada nueve somos homosexuales (hombres o mujeres). Homosexual casado con heterosexual es una mala combinación, siempre, sea por conveniencia o falsedad, una unión así es garantía de violencia, traición, infelicidad. Y la infelicidad es la base del capitalismo. En una comunidad de hombres y mujeres libres los homosexuales debemos compartir nuestra naturaleza, para ser felices y aumentar la felicidad colectiva. No pierdas tu vida siendo la pantalla de la hipocresía burguesa. Ser burguEs es una tara. Comparte la sabiduría de los antiguos griegos:
“Primitivamente había tres especies de hombres, unos todo hombres, otros todo mujeres, y los terceros hombre y mujer, los Andróginos, especie en todo inferior á las otras dos. —Estos hombres eran dobles: dos hombres unidos, dos mujeres unidas, un hombre y una mujer unidos. Estaban unidos por el ombligo, y tenían cuatro brazos, cuatro piernas, dos semblantes en una misma cabeza, opuestos el uno al otro y vueltos del lado de la espalda, los órganos de la generación dobles y colocados del lado del semblante, por bajo de la espalda. Los dos seres unidos de esta manera, sintiendo amor el uno por el otro, engendraban sus semejantes, no uniéndose, sino dejando caer la semilla á tierra como las cigarras. Esta raza de hombres era fuerte. Se hizo orgullosa y atrevida hasta el punto de intentar, como los gigantes de la fábula, escalar el cielo. Para castigarles y disminuir su fuerza, Júpiter resolvió dividir estos hombres dobles. Comenzó por cortarles haciendo de uno dos. y encargó á Apolo la curación de la herida. El dios arregló el vientre y el pecho, y para humillar á los culpables, volvió el semblante del lado en que se hizo la separación, para que tuvieran siempre á la vista el recuerdo de su desgracia. Los órganos de la generación hablan quedado del lado dé la espalda, de suerte que cuando las mitades separadas, atraídas por el ardor del amor, se aproximaban la una á la otra, no podían engendrar: la raza se perdía. Júpiter intervino, puso estos órganos en la parte anterior é hizo posibles la generación y la reproducción. Pero desde entonces la generación se hizo mediante la unión del varón con la hembra, y la sociedad hizo que se separaran los seres del mismo sexo primitivamente unidos. Sin embargo, en el amor que sienten el uno por el otro, han guardado el recuerdo de su antiguo estado: los hombres, nacidos de hombres dobles, se aman entre sí; como las mujeres, nacidas de mujeres dobles, se aman á su vez; como las mujeres, nacidas de los andróginos, aman á los hombres, y como los hombres, nacidos de los mismos andróginos, aman á las mujeres.

                                                              El Banquete, Platón


                                                              

Comentarios

Entradas populares