Cántico Negro


¡«Ven por aquí», me dicen algunos con ojos dulces,

y me extienden sus brazos, seguros

de que sería bueno que yo les oyese

cuando me dicen «Ven por aquí»!

Los miro con ojos extenuados

(hay, en mis ojos, ironías y cansancios)

y cruzo los brazos

y nunca voy por allí…

Mi gloria es ésta:

¡crear deshumanidad!

No acompañar a nadie.

—Que yo vivo con la misma indiferencia

con que rasgué el vientre de mi madre.

¡No, no voy por ahí! Sólo voy por donde

me llevan mis propios pasos…

Si lo que quiero saber ninguno de ustedes me responde,

¿por qué me repiten «Ven por aquí»?

Prefiero deslizarme por callejones cenagosos,

remover los vientos

como harapos, arrastrar los pies ensangrentados,

a ir por ahí…

¡Si vine al mundo, fue

para desflorar florestas vírgenes

y dibujar mis propios pies en la arena inexplorada!

Lo demás que hago no vale nada.

¿Cómo, pues, serán ustedes

los que me den impulsos, herramientas y coraje

para derrumbar mis obstáculos?…

¡En sus venas corre la antigua sangre de los abuelos

y aman las cosas fáciles!

Yo amo el Espejismo y lo Distante,

amo los abismos, los torrentes, los desiertos…

¡Anden! Ustedes tienen calles,

tienen jardines, tienen macetas,

tienen patrias, tienen techos,

y tienen reglas y tratados y sabios y filósofos.

¡Yo tengo mi Locura!

La levanto, como una antorcha, la dejo arder en la noche sombría,

y siento sangre y espuma y cánticos en los labios…

Dios y el Diablo son quienes me guían, nadie más.

Todos tuvieron padre, todos tuvieron madre,

pero yo, que no comienzo ni concluyo,

nací del amor que hay entre Dios y el Diablo.

¡Ah, que nadie me obsequie intenciones piadosas!

¡Nadie me pida definiciones!

¡Nadie me diga «Ven por aquí»!

Mi vida es un vendaval que se soltó.

Es una ola que se ha levantado.

Y un átomo más que se anima…

No sé por dónde voy,

no sé a dónde voy,

— ¡Sé que no voy por allí!

traducción de Mijail Lamas

José Régio 
Cántico negro, de Poemas de Dios y del Diablo

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