La Diversificación de la Espiritualidad Teresa Forcades
El predominio de la capacidad de amar sobre la
capacidad de pensar se considera propia de los seres inferiores, de esos
“otros” necesarios a la identidad moderna. Así, las mujeres, los indígenas, los
negros, los artistas, los homosexuales y todos los fracasados en la carrera
hacia el pro- greso se conciben como víctimas del desorden interior que supone
permitir que los sentimientos nos dicten la conducta, que el corazón domine sobre
la cabeza.
Por un lado encontramos, como hemos visto, las
espiritualidades de liberación que frecuentemente reproducen en su
funcionamiento interno las exclusiones del régimen que pretenden superar.
Ejemplo conocido es la falta de una articulación satisfactoria de la opresión
de las mujeres o de los homosexuales en los grupos pertene-cientes a las
teologías o espiritualida- des de la liberación de orientación socio-política.
O también la falta de una articulación satisfactoria de la opresión de los pobres
en ciertas espiritualidades feministas o de liberación gay-lesbiana.
El hecho de que las espiritualidades del retorno
a la interioridad no tengan suficientemente en cuenta la realidad de la
exclusión social,patriarcal, racial, sexual, las condena a la irrelevancia
social, a quedar limitadas a la esfera de lo privado. Cuanto más separadas se
encuentranla conciencia social y la conciencia interior, más se limita la
fuerza trans- formadora de la experiencia espiritual. En su sencillez, no es esta tarea fácil para la conciencia moderna. La amenaza de la irracionalidad, de la pérdida de control se cierne sobre el principiante que se dispone a adentrarse más allá de los límites más o menos luminosos de lo pensable. Es éste un trayecto que debe recorrerse en solitario y los gurus de la espiritualidad terapéutica saben muy bien que este énfasis en la propia individualidad conecta de forma muy profunda con la crisis de identidad del sujeto contemporáneo y su superego compensador. No hay dos caminos iguales. Nadie puede dictarte desde fuera tu camino. Nadie puede recorrerlo por ti.
Presentaremos a continuación tres espiritualidades concretas de acuerdo con las líneas de análisis expuestas en esta primera parte. He escogido para el análisis tres espiritualidades de las cuáles tengo experiencia directa: las espiritualidades terapéuticas (soy médico y defendí apenas hace un año la tesis doctoral en salud pública sobre el tema de las medicinas alternativas), las espiritualidades feministas (soy feminista y aplico la perspectiva de género en mis estudios de teología) y las espiritualidades monásticas (soy monja benedictina).
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