Danza o muere
Diabla de Yare, antes
de que el adecaje tarifara la celebración, uniformizándola de rojo
y reduciendo la presencia de las mujeres a un acompañamiento con
faldas y trapo en la cabeza. Todos los diablos de la tradición
latinoamericana son variopintos, como nosotros, salvo los Diablos de
Yare, celebrados y reconocidos rojos rojitos, machos machistas, con
máscaras a lo Disney. El Diablo Rojo es también un célebre por
destapar cañerías. Rojo equivale a comunista, como negro a malo y
marrón a cimarrón. Nuestros diablos son lugar de la resistencia a
la ocupación religiosa que representa el Opus Dei. Dios es
sempiterno contrario de nuestra constitución democrática,
participativa y protagónica. No hay lugar para dos en el Universo.
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