Un tantico así
Como
en la actualidad de un venezolano cualquiera, este hombre está
atrapado en la contradicción y luego de leer el anuncio decide
entregarse a la industria farmacéutica, la más brutal de todas.
El
declarado marxista, obseso enemigo de la mercancía, prostituye su
cuerpo a cambio de unos euros que le permitan mantenerse a un océano
de distancia de la República Bolivariana de Venezuela. Y pasa varios
meses tomando ácido acetilsalicílico en dosis controladas que
debían mantener su flujo sanguíneo libre de arterias obstruidas por
una dieta alta en suculentas grasas ibéricas, pero una noche se
desploma a la vista de su nini, hijastro, adolescente, quien intenta
hacerlo reaccionar:-Profesor...profesor. Nada, lo perdimos, piensa.
Aterrado llama a su madre, enfermera, quien envía una ambulancia.
Al salir de la anestesia es casi el mismo, menos cinco centímetros
de intestino.
Hace
una década, días más días menos, asistí a una terapia
alternativa que consistió en tomar jugos de papaya y complementos
alimenticios en cápsulas durante dos semanas. La segunda evacué,
postrada como parturienta patriarcal, en un baño del apartamento del
terapeuta acondicionado para tal fin, mientras él me sobaba la
barriga, creo que no he hecho nada más extravagante. El me explicó
que la tripa es una especie de cerebro de la parte baja del cuerpo,
hay inteligencia en ella.
La
fuga se manifestó como una tímida gota entre las baldosas bajo el
grifo, intenté repararla pero lo que parecía una gracia resultó
ser un cangrejo que el buen cristiano, el mata tigres local más
próximo, resolvió rompiendo el circuito de agua del apartamento, al
baño lo surte regularmente la tubería original y a la cocina, batea
y lavadora un tubo que baja directamente de la cisterna, por lo que
ahora para recibir agua por esa vía, el tanque debe estar a rebosar,
lo que no es frecuente en el estado Yaracuy, el más verde de
Venezuela, el país más rico del mundo, porque la administradora del
edificio ha hecho de la bomba de agua, lo que la MUD de la caída de
Maduro, su gallina de los huevos de oro: O está a punto de funcionar
o acaba de fallar, dame más. Ella no tiene excusa, que yo sepa, al
plomero le quitaron cinco centímetros de masa encefálica en una
operación, me explica el profesor antisistema.
Ante
lo evidente le pregunto a la joven, no pasa de 17, que camina junto a
mi:-¿Cómo se dice llueve en alemán?. Ni idea responde con un
gesto.-Gotazkaen, le digo. Ella sonríe.
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